Somos trabajadores del conocimiento, y por ello saber venderlo constituye una tarea primordial para la supervivencia de la empresa. Raro es el día que alguna persona física o jurídica se acerca a nosotros hambrienta de “conocimiento”, ávida de saber y de conocer, y nos plantean múltiples dudas muy concretas que atañen a su negocio.
¿De verdad puedo centralizar todas mis campañas de marketing?, ¿Quiero lanzar una campaña en el Reino Unido?, ¿Cómo lo hago?, ¿Puedes echarle un vistazo a mi plan estratégico y darme tu opinión?, ¿Puedes decirme cómo lo tengo que poner en mi web? ¿Qué se habla de nuestra empresa en la red?… la resolución de esas dudas siempre se salda con un “Ahhhhhh, gracias…vale,vale”, ” no me digas que eso se puede hacer” , “jo, pero si antes me llevaba toda la mañana hacer eso”..son las expresiones más populares.
Pero la cultura de pagar por dicho conocimiento o por la consultoría aplicada a las pequeñas empresas, en ocasiones resulta una tarea titánica, en concreto en Málaga y nuestra región, dónde tenemos nuestras oficinas centrales. Hemos llegado a oir la expresión “Yo por consultoría no pago un duro”.
Quizás fue una de las razones que nos impulsó a implantar un sistema de Calidad 9001:2008 e ISO 14001-2004. Por ello, en ocasiones parece que predicamos en el desierto.
Por un lado, no nos quieren pagar por nuestro conocimiento, pero por otro, nos llaman y escriben habitualmente para solicitar ese apoyo.
Existen otras regiones que ofrecen una mentalidad más abierta al respecto de nuestra profesión, y contratan nuestros servicios de una manera más higiénica. Es decir, se profesionaliza la relación, y se define una relación contractual, con unos objetivos medibles y cuantificables a una solución a medida para nuestro cliente, que no tiene que ir porqué ir vinculada a una gran inversión, ni a un desarrollo software.
Sirva este post como reivindicación de nuestra labor profesional, y como reclamo para que las empresas se pongan en manos de profesionales con experiencia contrastada.