Hay personas que desde muy temprana edad, tienen una vocación muy definida en su vida, como pueden ser escritores, pintores, músicos, que poseen un talento sobresaliente que por una razón u otra un día se manifiesta, y que luego acompaña a todas partes a quien lo posee. A la mayoría de las personas no se nos diferencia por una cualidad especial, pero lo que si es relevante es darnos cuenta de lo que incrementar nuestra motivación, y nuestra ilusión. Esto es ¡saber cuál es mi pasión!.. Para ello, proponemos las siguientes pautas para poder definirlas:
- Preguntar a los demás que opinan de nosotros: A menudo, otras personas se convierten en descubridores de nuestros talentos o habilidades que permanecen opacos para nosotros mismos. Un jefe, un profesor, un amigo ..hay que atreverse a preguntar. Normalmente no lo hacemos por temor a la crítica, a la que deberíamos aprender a valorar: es una oportunidad gratuita de aprendizaje.
- Probar cosas nuevas: Tenemos que atrevernos a explorar nuevos caminos que hasta la fecha habían permanecido vírgenes para nosotros. Puede ocurrir que de repente nos veamos aprendiendo una nueva habilidad más rápidamente de los que es común: esta es una prueba irrefutable de que hay un talento dormido ahí detrás.
- Perseguir nuestros anhelos: En ocasiones una fuerza cuyo origen desconocemos, nos empuja. Normalmente, esto suele ocurre a edades tempranas y es cuando multitud de razones inhibidores que hemos ido adquiriendo en nuestro entorno, educación, sociedad, entran en juego para no hacer lo que realmente queremos.
- Analizar nuestras reacciones: De una manera espontánea podemos analizarnos y fijarnos en como reaccionamos ante personas, eventos, situaciones concretas. Identifica cual es la reacción que te sale de dentro de forma inmediata, sin haber tenido tiempo para pensar.
- Contestar cuestionarios: Aunque desde Caela, no es el método que más nos gusta, y nos parece la propuesta más arriesgada, un buen cuestionario puede ayudar a platearse preguntas que a lo mejor uno nunca se haría… Reflexionar y destilar las respuestas permite aumentar nuestro autoconocimiento.